Es cierto, hace tiempo que no escribía, y aquí estoy de nuevo. Si la entrada resulta ser algo extensa, disculpas de antemano. Estoy por terminar la escuela, sólo me falta acreditar una materia (pinche vieja de Admón. >.<), pero no es algo que me tenga del todo contento, ya que significará separarme de mis amigos por 2 largos meses; de hecho, al tiempo que escribo ésto, comienzo a sentir la nostalgia. Quiero quedarme tumbado en mi cama, haciendo lo que quiero hacer en vacaciones, escuchando música todo el día y viendo anime hasta aburrirme. Si no logro tocar alguna canción en la guitarra, aprender 5 lecciones de intermedio de japonés, reafirmar mi francés, aprender algo nuevo de programación o escribir un cuento, entonces será tiempo perdido.
Ya las ganas de tener alguien a quien abrazar y besar las tomo como un reflejo al clima; al parecer las hormonas las tengo más activas en invierno que en primavera. Por dentro, muero de ansias por encontrar a alguien. Éste año por fin me atreví a invitar a salir a alguien "desconocido" (aunque no pasó, lo conocí después), algo que nunca había hecho; también experimenté la indecisión en su máxima expresión, lo que es caer en la friend zone, la pérdida total... fue un año de aprendizaje, de prueba y error; muchas pruebas y el doble de errores. ¿Se le puede llamar error cuando se aprende de ello? Viéndolo de ese modo, entonces no lo consideraría un error, sino una mala acción que trajo consecuencias, de la cual aprendimos la lección. En éstos momentos me pregunto si debería intentar algo con cierta persona, pero algo me dice que no lo haga ahorita; de todos modos, no sabría cómo hacerlo. Quiero pensar que de veras me está esperando esa cosa muy maravillosa y grande que dicen, pero Dios mío, que no tarde demasiado. También siento la falta de un mejor amigo varón ya que el que tengo se fue lejos y no es lo mismo la relación por internet, y el otro hace gala de sus poderes sobrenaturales y desaparece, haciéndolo difícil de encontrar. Tengo otros, pero tampoco tienen mucha disponibilidad para salir y esas cosas... Últimamente me pongo muy nostálgico, supongo que es por el hecho de que una década acaba y otra empieza; coincidí con Brenda en que, viéndolo temporalmente, de 2007 para acá el tiempo ha pasado rápido, pero si lo vemos desde el punto de vista de las experiencias, es como si hubiera pasado más tiempo, unos 5 años digamos. Lo bueno es sólo una cosa: de veras aproveché el tiempo. Retomando lo que dije en una entrada anterior, incluso lo malo lo recuerdo con cariño por el simple hecho de haber tenido la oportunidad de vivirlo.
En otras noticias, el viaje a México fue una experiencia bastante agradable; la pasé de maravilla con los que fuimos a presentar el JLPT, son muy buenas personas. A una de ellas la conocía desde hace ya varios años, con quien viví un momento vergonzoso, pero son cosas del pasado. De casualidad nos tocó ver cómo encendían el árbol de navidad más grande del mundo y cenamos en un restaurante chino atendido por una chica bastante insistente. El examen en general estuvo sencillo, aunque algunos reactivos estuvieron complicados; saliendo de ahí fuimos a la tienda Mikasa y compré dulces para mi madre y mis amigos; ahora sólo queda esperar a que en marzo lleguen los resultados.
Después de que pasen las vacaciones quizá no vean a un Diego nuevo, pero tal vez si noten una que otra actualización. Esperen y verán.
Ya las ganas de tener alguien a quien abrazar y besar las tomo como un reflejo al clima; al parecer las hormonas las tengo más activas en invierno que en primavera. Por dentro, muero de ansias por encontrar a alguien. Éste año por fin me atreví a invitar a salir a alguien "desconocido" (aunque no pasó, lo conocí después), algo que nunca había hecho; también experimenté la indecisión en su máxima expresión, lo que es caer en la friend zone, la pérdida total... fue un año de aprendizaje, de prueba y error; muchas pruebas y el doble de errores. ¿Se le puede llamar error cuando se aprende de ello? Viéndolo de ese modo, entonces no lo consideraría un error, sino una mala acción que trajo consecuencias, de la cual aprendimos la lección. En éstos momentos me pregunto si debería intentar algo con cierta persona, pero algo me dice que no lo haga ahorita; de todos modos, no sabría cómo hacerlo. Quiero pensar que de veras me está esperando esa cosa muy maravillosa y grande que dicen, pero Dios mío, que no tarde demasiado. También siento la falta de un mejor amigo varón ya que el que tengo se fue lejos y no es lo mismo la relación por internet, y el otro hace gala de sus poderes sobrenaturales y desaparece, haciéndolo difícil de encontrar. Tengo otros, pero tampoco tienen mucha disponibilidad para salir y esas cosas... Últimamente me pongo muy nostálgico, supongo que es por el hecho de que una década acaba y otra empieza; coincidí con Brenda en que, viéndolo temporalmente, de 2007 para acá el tiempo ha pasado rápido, pero si lo vemos desde el punto de vista de las experiencias, es como si hubiera pasado más tiempo, unos 5 años digamos. Lo bueno es sólo una cosa: de veras aproveché el tiempo. Retomando lo que dije en una entrada anterior, incluso lo malo lo recuerdo con cariño por el simple hecho de haber tenido la oportunidad de vivirlo.
En otras noticias, el viaje a México fue una experiencia bastante agradable; la pasé de maravilla con los que fuimos a presentar el JLPT, son muy buenas personas. A una de ellas la conocía desde hace ya varios años, con quien viví un momento vergonzoso, pero son cosas del pasado. De casualidad nos tocó ver cómo encendían el árbol de navidad más grande del mundo y cenamos en un restaurante chino atendido por una chica bastante insistente. El examen en general estuvo sencillo, aunque algunos reactivos estuvieron complicados; saliendo de ahí fuimos a la tienda Mikasa y compré dulces para mi madre y mis amigos; ahora sólo queda esperar a que en marzo lleguen los resultados.
Después de que pasen las vacaciones quizá no vean a un Diego nuevo, pero tal vez si noten una que otra actualización. Esperen y verán.
