on domingo, 26 de julio de 2009
Oh, qué días tan difíciles. El entusiasmo no se ha disipado, en absoluto, pero he tenido una pequeña recaída. Me ha hecho falta, lo he echado mucho de menos. Hoy fue el cumpleaños de Anny, y fue un día genial, aunque pude haberlo disfrutado más. Hay cierta tensión con "él", cierto asunto que desearía que se esfumara. Aparte, "él" no estará dispuesto a revelarme detalles de su vida fuera de la élite hasta que yo ya no dé muestra de interés alguna. En mis dos casos que me conciernen, he tomado la postura pasiva, no haré nada mientras no haya alguna seña.

En otras noticias, lo más seguro es que el miércoles me vaya a Cancún, después de 15 años. Una tía está enferma de gravedad e iremos a ver cómo está todo. Aprovecharé para pasear y cincelar en mi memoria cómo es Cancún. La tía siempre me trató bien, pero siempre hubo algo en ella que no me agradó mucho. Cambiar de aire y de ambiente me sentará bien, y estoy completamente seguro de que encontraré algo interesante y valioso ahí. Iré preparado con lo necesario para aprovechar al máximo la experiencia.

La luna se ve grande y hace esa cuna que me acogerá esta noche, arrullándome con el suave murmullo del viento...

Todo está bien, sólo hay que esperar, el tiempo será mi aliado esta vez.

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