De vuelta

on sábado, 27 de junio de 2009
Después de una semana de no escribir aquí, no tengo idea alguna de qué debería escribir. Cuando llegué de Acayucan, prendí la TV y recibí una noticia espeluznante: Michael Jackson, uno de los ídolos de mi infancia, había fallecido. No sentí dolor, pero sí aflicción y la nostalgia de aquellos días cuando me sabía los pasos y bailaba con sus canciones (cosa que ya no me atrevo a hacer). El tema de "Free Willy", "Will you be there", marcó mi infancia y es una de las cosas que más fácilmente me transportan a esa época de mi vida.

Nunca me pasó por la cabeza que me tocaría ver un evento así, y también me puso a pensar sobre mi propia muerte, ese suceso al que temo y que inevitablemente tomará lugar algún día. La muerte es algo que me aterra, es un pavor indescriptible. Me da miedo el hecho de no estar en este mundo, de que mis ideas y recuerdos desaparezcan, de que ya no podré ver lo que sigue. Si existe la reencarnación, espero no reencarnar en una situación extrema en el sentido de pobreza o algo, o en una época donde reine el caos. Si es en otro mundo, espero que sea en una época donde se estén dando cambios radicales en todos los ámbitos y poder formar parte de ello. Diciendo ésto, me siento afortunado por haber nacido en este mundo donde existieron The Beatles, donde hay lugares increíbles y que todavía hay muchos por descubrir, donde la vida fluye hasta en las condiciones más precarias y todas las formas de ella luchan por sobrevivir a toda costa. En resumen, es un mundo maravilloso. Cuando llegue mi hora, lo extrañaré. Espero que la gente que se haya ido antes que yo me reciba y me digan "está todo bien, no te preocupes" y que en la próxima vida me encuentre con ellos de nuevo.

La vida es tan corta y efímera...

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