El calor no importa

El calor del que tanto me he quejado se niega a rendirse y cada día nos da una muestra de su poder incomparable. A pesar de ello, hoy pasé un día como pocos con mi querida amiga Nuria; hicimos muchas cosas y vimos cosas que no se ven en una salida común. Presenciamos un choque bastante rápido y limpio, el carro que recibió el golpe dio una vuleta y media y avanzó una buena distancia. Comimos pizza, fuimos a la fototeca, visitamos 3 librerías, descubrimos que la USBI no abre los sábados, desayunamos en Plaza Mocambo, vimos el danzón, caminamos hasta que nos dolieron los pies, entramos a dos tiendas de instrumentos musicales, tomé muchas fotos... en fin, un día bastante productivo culturalmente. Pero el problema es que la salida era para estudiar Matemáticas, lo cuál sólo nos llevó media hora.

En una de las tiendas de música vi el bajo que quiero, pero no quise preguntar el precio; no quería desmoralizarme más. Pero el hecho de verlo hizo que me dieran verdaderas ganas de conseguirlo y aprender a tocar, al igual que si hubiera visto la guitarra que quiero. Espero que en navidad pueda conseguir el bajo. Como es de esperarse, también vi muchos libros interesantes; muchos de ellos eran cuentos para niños. Tomé fotos a una pareja que me llamó la atención de las que estaban bailando danzón, era la más carismática.

Después subiré las fotos, ahora me dedico a descansar los pies y ver un poco de TV...