Esperando...

on miércoles, 5 de agosto de 2009
Hace tiempo que no escribo aquí como es debido. El día de ayer y hoy las cosas han estado un poco más relajadas, me siento estable, llegó la lluvia y, como de costumbre, lavó mi espíritu y se fueron las penas por tiempo indeterminado. Coincidió con la llegada de la luna llena, que en estos momentos se encuentra escondida detrás de densas nubes. En resumen, estos dos días han sido aceptables. Hoy instalé Windows 7 y quedé maravillado, es el Windows que todos habíamos estado esperando. Lo malo fue que perdí mi progreso en Plants vs Zombies, ya sabía yo que algo iba yo a borrar sin querer. Ya tendré algo (más) que hacer en estos días, pero admito que me da mucha flojera hacer todo hasta donde iba.

Es bueno que me haya llegado este momento de calma, no quiero pensar que sea la calma antes de la tormenta. ¿Quién me asegura que no me sentiré mal o peor en los días que vienen? También he tenido sesiones de introspección que me han ayudado a acomodar un poco mis ideas y a organizar los planes que tengo a corto plazo, esos que son tan arriesgado y difíciles de llevar a cabo, así como la estrategia para subir mi promedio este semestre y volver a tener un horario decente. Como quizá no entre a trabajar después de todo, podré concentrarme en la programación y en el proyecto junto con Rubricant. Espero encontrar también un espacio para continuar en forma con el japonés, aunque sea por mi cuenta.

Así como dice el título de la entrada, estoy detenido, planeando el movimiento, haciendo simulacros. Esperando... pacientemente aguardando el momento indicado, la señal que determine la hora de actuar. También planeo la retirada, las alternativas. Manteniendo la metáfora, pretendo estar al nivel de Napoleón, de Alejandro Magno, de Genghis Khan; no en cuanto al número de conquistas, sino a su capacidad de organización y planeación, que fue lo que los hizo imbatibles en su momento. Tengo mucho (si no es que todo) por mostrar y dar, cada batalla es decisiva, y esta puede ser clave, de esta dependerán un sin número de cosas. Una de las cosas que debo encontrar ahora es motivación, esa que no puedo encontrar en mí mismo; mi motivación siempre recae el alguien o algo más, nunca en mí mismo, siento que hacer las cosas para mí mismo no sirve de nada, todo cobra sentido cuando está hecho pensando en los demás, para compartirlo con el mundo. Es como aquel poema de Machado, llamado "La copla", describe muy bien lo que quiero decir:

Hasta que el pueblo las canta,
las coplas, coplas no son,
y cuando las canta el pueblo,
ya nadie sabe el autor.

Tal es la gloria, Guillén,
de los que escriben cantares:
oír decir a la gente
que no los ha escrito nadie.

Procura tú que tus coplas
vayan al pueblo a parar,
aunque dejen de ser tuyas
para ser de los demás.

Que, al fundir el corazón
en el alma popular,
lo que se pierde de nombre
se gana de eternidad.

Quizá es la última estrofa la que guarda la razón detrás de esa característica mía; debido a mi miedo a morir, a desaparecer, busco la manera de dejar una huella, un rastro, una señal de que existí en este mundo, este universo, para que cuando reencarne (vivo esperanzado en que pasará), me tope con ese legado y me encuentre a mí mismo, vea lo que hice en una existencia anterior, ya sea bueno o malo, sabré que he sido yo. Así, todo sería más fácil para mí entonces, sabría lo que tengo que hacer, adónde ir.

Y eso exactamente es lo que estoy buscando en este momento, aunque probablemente esté ante mis narices y no me he dado cuenta, como me ha sucedido toda mi vida con otras cosas.

1 comentario:

Rubricant dijo...

creo que vas por buen camino, pero recuerda no tardar tanto en actuar.

hay una forma facil de dejar un rastro o legado tuyo...

ten un hijo :)

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